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Actualmente, el concepto de innovación abierta se ha utilizado ampliamente para representar la relación entre corporaciones y startups, lo cual no tiene nada de malo. Sin embargo, al restringirlo a este tipo de relación, se limita el alcance del concepto y su potencial de impacto.

El término innovación abierta fue creado por Henry Chesbrough para representar un nuevo paradigma en el que las empresas podían y debían utilizar ideas externas e ideas generadas internamente, así como vías internas y externas para llegar al mercado, en su camino de desarrollo tecnológico.

En la práctica, a diferencia de la innovación cerrada donde solo se utilizó el conocimiento interno de la organización para innovar, la oportunidad se abre a:

(1) El conocimiento externo impregna el proceso innovador en todas sus etapas, por ejemplo, a través de la internalización de ideas o soluciones para escalar.

(2) El conocimiento interno que sería descartado por la empresa por algún motivo, puede generar valor fuera de la organización, por ejemplo, a través del licenciamiento de tecnologías de la empresa o la generación de spin-offs.

Teniendo como palanca principal para crear el concepto, la conciencia de las organizaciones de que no sería posible tener todo el conocimiento existente necesario para innovar y que la globalización facilitó la conexión entre las personas, las corporaciones comenzaron a darse cuenta de varias otras ventajas de la innovación abierta, por ejemplo:

  • Mayor acceso a conocimientos de vanguardia y habilidades complementarias
  • Reducción de riesgos y costos del desarrollo tecnológico
  • Ampliación de la escala de I+D+i
  • Rapidez en el desarrollo de innovaciones
  • Optimización de la inversión en innovación

Desde que el concepto se difundió ampliamente en la década de 2000, varias organizaciones han podido experimentar con diferentes formas de innovar de manera abierta. Durante la última década, ayudando a las grandes empresas en sus esfuerzos de innovación abierta, hemos identificado en Inventta 3 puntos clave de decisión de una organización en su proceso de estructurar una estrategia o programa de innovación abierta: (1) qué hacer, (2) con quién colaborar y (3) cómo interactuar con los socios.

La fuerte relación entre los 3 puntos de decisión requiere que siempre se evalúen juntos.

¿Qué hacer?

Un punto fundamental para cualquier organización que quiera poner en marcha un proyecto o programa de innovación abierta con el pie derecho, es saber con claridad qué reto o necesidad se quiere abrir para una solución colaborativa. Hay desafíos que se posicionan más al comienzo del proceso de innovación, generalmente cuando aún desea encontrar insights para construir nuevos conceptos, y otros que ya están más al final del proceso, donde ya sabe lo que desea implementar, pero aún no sabe cómo hacerlo.

El desafío, por ejemplo, de crear nuevos conceptos para mejorar la experiencia del alumno que está estudiando en casa está más posicionado al inicio del proceso creativo, ya que aún no se sabe qué hacer y se pueden crear varias soluciones. Si en este mismo caso, el reto es crear una aplicación para la interacción entre los alumnos, aunque todavía puede haber detalles por definir, ya está más al final del proceso de innovación.

Comprender la posición del desafío en el proceso de innovación es importante porque hay formas de interacción más o menos adecuadas para cada caso. Si bien al comienzo del proceso de innovación es posible aplicar iniciativas basadas en premios (por ejemplo: concursos, hackatons, desafíos de conceptos), cuanto más al final del proceso es más improbable que un premio atraiga el interés de un especialista que tiene la solución para cómo resolver un desafío, y ya tiene la percepción de que el premio no remunera adecuadamente el valor generado.

Sugerencia de Inventta: haga un mapeo amplio de los desafíos de la compañía y luego identifique los más adecuados para ser sometidos a una solución colaborativa. Algunos criterios que considerar para este análisis son: urgencia para resolver el desafío, confidencialidad, capacidad interna para resolver el problema.

¿Con quién colaborar?

Las posibilidades de interacción y colaboración para la innovación abierta son amplias y se deben considerar todos los actores posibles. Obviamente, hay ventajas y desventajas que deben tenerse en cuenta al decidir con quién interactuar.

¿Cómo interactuar con los socios?

Finalmente, es necesario considerar qué formas de interacción utilizará la empresa. Existen varias posibilidades, que se pueden agrupar entre iniciativas que tienen el sesgo de generar valor a partir de la internalización del conocimiento (outside in) y otras que tienen el sesgo de generar valor al tomar conocimiento de la empresa hacia afuera (inside out).

En la siguiente tabla presentamos el resumen de las posibilidades presentadas en este artículo:

By: Bruno Moreira 

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