El diagnóstico de una empresa con lánguidas inversiones en innovación y poca asignación de recursos es fácil, un lugar común para expertos y consultores, pero qué hacer cuándo tienes un área de innovación con decenas de personas, un presupuesto en millones de dólares y no logras cumplir con las expectativas que se ha puesto el negocio.
En el siguiente artículo Juan Felipe Duran –Líder de proyectos de innovación y sostenibilidad, presenta un caso desafiante de con un grande de la industria alimenticia en Latinoamérica.
Una compañía global con un sistema de innovación robusto, sin embargo, las evidencias de que no todo iba bien comenzaron a notarse, un pipeline de proyectos achicándose y alejado de cubrir las metas de facturación futura por productos innovadores, poco entendimiento del proceso de innovación por parte de los colaboradores, procesos cada vez más pesados, al final del día, menos resultados.
Algunos de los síntomas de que las cosas no venían marchando bien:
Retos del
Cliente
Insuficientes proyectos en el portafolio de innovación: A la empresa le cuesta generar ideas y evolucionarlas a proyectos al interior de la empresa, los proyectos cada vez son más parecidos entre sí, más convergentes… más “seguros”.
Roles mezclados. Ante la ansiedad de no ver resultados de corto plazo, es común encontrar áreas de I&D e innovación orientados a resolver demandas del día a día de los clientes, entre requerimientos de ajuste de producto y desarrollos a la medida el área de innovación tiene más foco en el hoy que en construir el futuro.
Procesos de innovación difíciles de entender: La empresa gestiona la innovación a través de un proceso robusto y un equipo de personas bien preparado, sin embargo, de cara a personas de diferentes áreas, no es claro cómo participar, cuáles son las fases o qué papel juegan colaboradores fuera del área de innovación, el proceso no promueve la experimentación y castiga el riesgo asociado a proceso de innovación.
El dolor de la renuncia: En el portafolio de proyectos de innovación en ejecución, cuentan con “eternas promesas” a las que se les han invertido recursos de personal y efectivo relevantes, pero no hay evidencias claras de que vayan a lograr el resultado esperado, aun así, finalizar estos proyectos y asumir la pérdida es un INRI que no están dispuestos a asumir. Para evitar ese momento incómodo de asumir la pérdida, la empresa aumenta el desgaste de las personas, el proceso y consume recursos que podrían orientarse a proyectos más prometedores.
Incentivos e indicadores desalineados: La narrativa proinnovación debe reflejarse en ajustes en la estructura para hacerla más proclive a experimentar. Sin embargo, cuando los incentivos e indicadores premian más la eficiencia que la experimentación inducen a que las personas orienten su esfuerzo a aquellas cosas que a la empresa – en realidad – le importan.
¿Qué Hacer?
La empresa se involucró de manera profunda en repensar el sistema y cubrir los síntomas identificados, con una actitud reflexiva y proactiva, aunque con preocupaciones sobre los tiempos y recursos requeridos para fortalecer el sistema se embarcaron en varios frentes:
1. Humildad. A pesar de ser una corporación global, la empresa vio y aprendió de referentes dentro y fuera de la industria.
2. Simplificación. La complejidad de un proceso no lo hace más fiable, la empresa estuvo dispuesta a probar procesos menos estructurados para ganar agilidad, entregar autonomía y flexibilidad gerencial a los equipos.
3. Diversidad. Abrir el sistema de innovación a la participación activa de personas de diferentes áreas – aunque el sistema esté más orientado a oferta que a procesos – reta la visión inmediatista de los procesos y da prelación a el valor generado que al costo de generarlo.
4. Coherencia. Alinear la visión y narrativas pro innovación de la empresa con los incentivos, indicadores y presupuestos da mucha fuerza al sistema, no es el tamaño sino la cohesión lo que robustece el sistema.
Resultados
Comienzan a verse resultados positivos del reboot al sistema de innovación, la simplificación de los procesos agregó agilidad y aumentó el interés de personas de diferentes áreas de participar en proyectos.
Con un proceso más sencillo y claro de entender buscamos mejorar:
- Identificación de problemas y oportunidades de mercado
- Aumentar la cantidad y calidad de ideas de solución
- Futuros proyectos dentro del portafolio de innovación
Con los espacios de aprendizaje aseguramos que la empresa quede con el “Knowhow” (cómo hacer las cosas) sobre el proceso de innovación.
A través del trabajo ágil y en equipos promovemos la cultura de experimentación y asimilación de fracaso en la empresa, lo que permite fallar e iterar rápidamente, aumenta el engagement del equipo y facilita llegar a resultados de manera más rápida.
Con el sistema de incentivos esperamos que la gente se sienta más motivada a participar y aportar al proceso de innovación de la empresa.
«Uno de los mayores aprendizajes en la historia de la innovación es que ninguna gloria es para siempre, y lo que funcionó en el pasado no es lo que nos va a llevar a un futuro próspero, de igual manera los sistemas de innovación pierden brillo y con el tiempo se llenan de grasa»