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Así como la prisa diaria pre-pandémica no nos permitió ver lo que era realmente importante, veo que muchas organizaciones se están esforzando por innovar y comienzan a implementar iniciativas sin detenerse a pensar en lo que realmente importa y a planear lo que se debe hacer.

El mundo nos ha impuesto una parada inesperada e indeseada, pero para miradas más atentas y contemplativas, aporta varios aprendizajes aplicables a los procesos de innovación.

El aislamiento social impuesto por la pandemia es para muchas personas un verdadero sufrimiento. Sin espacio suficiente para no sentirse prisionero, sin una infraestructura adecuada que permita la educación a distancia de sus hijos y sin condiciones para ganar dinero con su trabajo -a menudo informal- la desesperación se apodera de ellos y es natural que no se pueda ver más allá de las dificultades.

Para muchos de nosotros que tenemos el privilegio de no experimentar esta difícil realidad, el aislamiento social y el permanecer más en casa ha traído mucho aprendizaje, algunos de los cuales cito a continuación:

    • El trabajo doméstico es un trabajo duro y debe ser valorado.
    • La naturaleza es hermosa y con la debida atención podemos percibir el canto de un pajarito, la luna en el cielo.
    • La presencia de los padres es muy importante en el proceso de aprendizaje y crianza de sus hijos.
    • Aprender nuevas habilidades da una satisfacción increíble: ¿me dirás que no aprendiste a hacer un pan en esta «pandemia»?
    • Hemos logrado ser muy productivos trabajando desde la oficina en casa: obviamente para las profesiones en las que es posible hacerlo.
    • Necesitamos mucho menos de lo que pensábamos para vivir bien: me refiero tanto al dinero como al espacio físico

El ajetreo de la vida cotidiana no nos permitió darnos cuenta de nuestros valores, nuestros talentos, nuestro propósito en la vida, y mucho menos organizarnos para hacer lo que realmente importa.

Esta parada «estratégica» y la visión de los aprendizajes obtenidos me han recordado muchas veces una expresión que utilizamos mucho en Minas Gerais, aunque ya sé que su origen no es de los mineros: «Vamos despacio, ¡porque tenemos prisa!» y eso me trae una reflexión al mundo de la innovación:

Así como la prisa diaria pre-pandémica no nos permitió ver lo que era realmente importante, veo que muchas organizaciones se están esforzando por innovar y comienzan a implementar iniciativas sin detenerse a pensar en lo que realmente importa y a planear lo que se debe hacer.

Aunque no es así en la práctica, conceptualmente la estructuración y maduración de un proceso de innovación debe pasar por los siguientes momentos:

  1. Tomar conciencia: Es el momento en que una organización toma conciencia de que es importante tener la capacidad de innovar como una competencia clave de su negocio. Parece increíble pensar que todavía hay empresas que no reconocen la importancia de la innovación, pero la realidad es que la gran mayoría de las personas, individualmente, tienen esta conciencia, pero como organización no pueden. El principal hito de este momento es el compromiso total de liderazgo con la innovación.
  1. Hacer que suceda: En este momento la organización busca crear un proceso mínimo de innovación para promover su aprendizaje en relación con el tema. Debido a que todavía es un proceso de aprendizaje, el número de personas que participan en este viaje es limitado. El objetivo principal de esta etapa es experimentar el proceso de innovación e identificar las palancas para ampliar la capacidad de innovación de la compañía. 
  1. Ampliación y organización de las competencias: Tras haber experimentado ya el proceso de innovación, es en este momento cuando la organización trata de ampliar su capacidad de innovación, involucrando en el proceso a un número cada vez mayor de empleados. Aquí se necesita más organización: una estrategia de innovación bien definida, un modelo de gobierno, sistemas de gestión, entre otros aspectos estructurales del esfuerzo de innovación. 
  1. Creación de conexiones: dado que la organización tiene su proceso de innovación bien estructurado, cumple una condición esencial para que su proceso de conexión con el ecosistema de innovación no sea una gran frustración. En este momento, la compañía se sumerge profundamente en la estructuración de su capacidad de innovar de forma abierta, colaborando con otros actores como: investigadores, empresarios, clientes y proveedores. 
  1. Transformación de los mercados: al final de este recorrido, la organización se reconoce como una empresa innovadora y se convierte en una referencia para otras empresas en relación con la innovación.

Es importante que toda organización – la que realmente quiere tener la innovación como una competencia clave de su negocio – sepa que el viaje es largo y que debe ser llevado a cabo con gran firmeza de propósito y disciplina. Ser consciente de los momentos que atraviesa una organización para lograr este objetivo permite planificar mejor el viaje.

En Inventta, siempre recomendamos que todas las organizaciones, antes de comenzar a implementar iniciativas de innovación, se detengan a pensar y a planificar y estructurar este viaje.

Bueno, es lento para llegar lejos.

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